¡Namasté!. Soy Míriam y enseño Yoga desde hace más de una década. En estas líneas me gustaría compartir contigo cómo el Yoga transformó mi vida y mi manera de ver el mundo y de verme a mí misma y por qué decidí ser profesora.
Para mí el contacto con el yoga es una pequeña disciplina que siempre agradece el cuerpo y la mente. Aunque mi interés va más por el lado físico, las asanas, repercuten en la mayor serenidad de mi mente y también en la forma de verme en el mundo. Quiero decir que no se puede evitar: buscas una cosa pero vas enriqueciendo el camino.
¿Por qué voy a Yoga con Miriam?
Sus sesiones son un punto en el día para mí. Me organizan el día. Y me dan energías para seguir, a cualquier hora.
Me gustan los relatos que acompañan muchas veces a la introducción de la clase, o la introducción a secas si no hay más tiempo para ello.
La forma de organizar la clase: todo encaja, no hay altibajos en el camino. Desde el asana principal, ya todo es un fluir hasta un estado de tranquilidad profunda. Y ya no se nota el cuerpo, es una sensación de flotar, que cada cosa está en su sitio.
Todo tiene una aplicación en la vida diaria: si en algún momento hay tensión en una parte del cuerpo, recuerdo tal o cual postura y me sirve de ejercicio…. mejor que un relajante muscular, por ahora. Queda acercarme al aspecto más profundo, el de los chakras, que dejo para este verano, a ver…
Y luego, a nivel personal, es admirable, de entrada, el curriculum; lo que indica un aprendizaje constante… es un acicate para mi indolencia.
Gracias, Miriam. Eres una persona-faro.
Padezco un problema en la espalda desde nacimiento (Sacralización de la quinta vértebra lumbar) y como consecuencia sufría dolores fuertes en la zona de la espalda baja.
A medida que cumplía años estos dolores eran más frecuentes y me limitaban mucho en mi día a día pero tras empezar a realizar los ejercicios que propone Míriam para la rectificación (porque también sufro ese problema) y para la espalda baja (unas cuatro veces a la semana), he observado que esos episodios se espacian meses en el tiempo.
Estoy muy satisfecho de cómo me está yendo ahora. Menos mal que te encontré...
Hola ,me llamo M Carmen, soy alumna de Miriam desde el año 2017.
Bueno quiero compartir mi experiencia desde antes de practicar yoga hasta ahora. Antes que nada decir que tengo fibromialgia. Me llevé varios años sin saber lo que me pasaba. Ni siquiera los médicos lo sabían. Hasta que mi marido y mis hijos me hicieron apuntarme a natación. Tuve que llevar mi historial al monitor y al verlo, me dijo lo que tenía. La natación no me fue bien por la humedad y el frío , siendo dos enemigos de ésta enfermedad.
Es verdad que a cada persona le dan los brotes de diferentes maneras, a mí me dejaban sin fuerzas en las piernas y mucho cansancio de no poder estar de pie. Le comenté a mi médico de familia lo que me dijo el monitor de natación, no quiso recetarme pastillas por ser muy fuertes, a cambio me recomendó yoga.
¿Cómo conocí a Miriam? Por casualidad. Por entonces Miriam daba las clases en una clínica, uno de mis hijos al pasar leyó que daban clases de yoga terapéutico. Me convenció para que me apuntase a las clases, para ver cómo me iba. Me apunté y sigo con sus clases.
He mejorado bastante, pues de no poder hacer ni una cama a volver hacer mi vida normal. Con sus clases he aprendido sobre todo a llevar el equilibrio entre la mente y cuerpo. El yoga es muy amplio, sólo con palabras es difícil explicar. Miriam con sus clases nos transmite equilibrio, serenidad, paz…. Para terminar quiero contar que en mi familia estamos pasando por un duro golpe (poco a poco vamos superando y vamos a ganar la batalla)
De corazón, sí no hubiera sido por las clases y en privado sus consejos no hubiera tenido fuerzas suficientes para afrontar todo esto. Tengo mucho que agradecer a Miriam, de verdad, de corazón. Bueno con palabras es difícil explicar así que animo a tod@s que estéis interesados a practicar yoga que lo intentéis, así entenderéis lo que os estoy diciendo. Saludos.
Como alumno que he sido (y volveré a ser) mi experiencia en esta actividad ha sido muy enriquecedora, por la disciplina en sí misma, que considero integral y que aúna un todo en el sentido clásico: cabeza (mente, consciencia), corazón (espíritu, esencialismo) y cuerpo (actividad física), y enriquecedora, igualmente, por su oficiante, Miriam, que como una alquimista, convierte la chatarrería con la que pudieras haber entrado en oro.
Tal como en el río de Heráclito , nunca sales de su sesión como entraste, sino mejorado.
Llevo unos dos años practicando yoga, y cuando empecé no sabía realmente lo que era… no sólo son ejercicios, es mucho más, aunque yo no lo sabía. De hecho, cuando empecé las clases no entendía muy bien el motivo de las partes de respiración y relajación, se me hacían largas. Ahora, es lo que más me gusta.
No se trata de hacer sólo ejercicios, sino de retos. Existen ciertas posturas que no son fáciles, por elasticidad, equilibrio, miedo... son pequeños retos a conseguir poco a poco, que la profesora nos anima a alcanzar, siempre dentro de las posibilidades de cada uno.
Como he comentado, la fase de relajación es mi preferida, no es fácil desconectar, relajarse y disfrutar de ella, pero poco a poco se va consiguiendo, con las indicaciones y trucos que nos va dando Miriam.
Como curiosidad, comentar que nunca había relacionado como los ejercicios de respiración o relajación pueden ayudarnos a mejorar en la vida diaria. No fui consciente de ello, hasta que un día fui a nadar, después de varios años sin nadar, y tras varios largos, me di cuenta que necesitaba respirar muy poco, me quedé extrañada…. El motivo, no veo otro que los ejercicios de respiración que practicamos en clase.
Espero seguir con sus clases mucho tiempo y seguir aprendiendo.